Casa m es una casa de campo que se encuentra en Avándaro, Edo. De México. El ecosistema es boscoso, concentra parte del lago de Valle de Bravo y por lo tanto tiene una gran precipitación pluvial. El programa es distinto en función al de una vivienda normal pues debe de adaptarse a diferentes escenarios y usuarios.
Así, en el proceso de diseño de “Casa m”, el contexto inmediato (bosque) y la tipología (casa de campo) fueron los conceptos de mayor jerarquía. La casa se desplanta hacia el fondo del terreno, en donde la vegetación lo permite, en ocasiones la loza se abre dando paso a algunos árboles que se integran a los techos de la casa y las terrazas. Todo la casa fue construida sin derribar árboles.
El proyecto debía ser en un mismo nivel sin embargo la inclinación del terreno aumentaba en este punto, por lo que aprovechamos los servicios para compensar la topografía y respetarla; generando una integración visual del volumen con la vegetación haciendo parecer que la casa emerge de la tierra.
La arquitectura se puede diseñar a partir de constantes fundamentales, el ejemplo más común, el asolamiento. En este caso decidimos concentrarnos en la lluvia y los efectos que ocasiona en la arquitectura. El sonido que genera cuando cae sobre la teja, el piso, la vegetación o inclusive más agua. El olor de la humedad y de los materiales cuando se mojan. El flujo del espacio, del interior al exterior, cuando los conecta la lluvia. Y algunas otras reflexiones que fueron condicionando los espacios, los volúmenes y los materiales.
El resultado es una planta en forma de L que concentra todas las habitaciones, a las que un volumen plano rectangular intersecta al centro conteniendo lo público y rematando en una alberca. Aunque se encuentran dentro del mismo volumen, dos de las habitaciones tienen accesos por pasillos exteriores, adelgazando la acción de entrar y salir de la casa; en este perímetro se diseñaron ventanas altas que rodean las áreas, seccionando distintas vistas del bosque y captando el asoleamiento del sur en invierno. ( muy a la Frank)
Sin embargo, los materiales exigían ser distintos, la idea se observa en dos zonas “las húmedas de las secas” las terrazas y los baños, que tienen una relación de humedad (junto con los techos y la cocina) son de barro. Mientras que los pisos interiores son de madera. Rematando a un muro de piedra de la región, material que funciona para interior como exterior y por eso el muro entra y sale de la casa.
NOTA: En una ocasión, un rayo golpeo un Ocote de gran tamaño, la parte de arriba
no resistió y se desplomó, partiendo a un árbol más pequeño por la mitad. Este
momento marcó definitivamente la imagen del terreno, ahora una trabe cruza al árbol
partido a la mitad, marcando esa tensión que existe entre los restos de los dos
arboles, alguna vez se tocaron.
Nota 2. La casa del árbol esta increíble. (la chimenea también)
Fotografía: Regina García Rojas / Ricardo de la Concha